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miércoles, diciembre 24

XXIX

       Menuda idea venir hoy al centro comercial, refunfuña malhumorada. Es 24 de diciembre y la gente corre frenética de una tienda a la siguiente. Santa Claus llega mañana a la ciudad y parece que a muchos se les había olvidado hasta hoy. Cuántos regalos por compromiso y qué poca verdad. Cuántos presentes y qué poco aprovecharlo. Vuela hasta el supermercado para hacerse con algunos encargos. ¡No quiere saber qué pasará si se le ocurre aparecer por casa sin los turrones de arroz de su madre! Veinte minutos de búsqueda y más de media hora de cola después, ya tiene todo lo que necesita, pero las ganas de llegar a casa y meterse en la cama hasta que acabe toda la parafernalia navideña se han apoderado de ella. A veces quisiera volver a cuando era niña y la ilusión hacía que, desde principios de noviembre, comenzara a contar cuánto faltaba para el gran día. Tiempos en los que su mayor preocupación era encontrar un sistema de riego infalible y novedoso para su recreación del portal de Belén. Tonterías, vaya. ¿En qué momento Navidad dejó de significar cantar villancicos con una manta y chocolate? ¿Cuándo pasó la familia a segundo plano y…? 
       Aparta como puede todos esos pensamientos de su mente y se dirige hasta el coche. La noche será larga.

Aquella estrella de allá hoy brillará por ti… (hoy, mañana y siempre)