Páginas

miércoles, febrero 25

XXXVI

     Si te quedas un ratito, puedo contarte que hoy me he sorprendido al notar cómo, impulsiva e incontroladamente, he sonreído al verte aparecer… y vaya locura. El hormigueo tonto también hizo aparición, como si la ilusión estuviese apoderándose de mí. Sentí que necesitaba sujetarme los pies, las ganas, el corazón, e incluso la razón, para no acercarme corriendo y perderme en tu boca. En ti. Cómo me gustas recién despierto, o casi dormido. Qué tontería ilusionarse anticipando futuros inciertos. Qué curioso que los futuros inciertos sonrían tan bonito.