Páginas

domingo, agosto 9

LVIII Si pudiera

     Si pudiera, volvería al lugar donde te vi la primera vez, distraído, feliz, y esta vez me acercaría a ti. ¿Te acuerdas de mí?, te preguntaría bajito, con la timidez que aún hoy me caracteriza, sabiendo que me reconoces. Me mirarías directamente a los ojos, yo tendría que resistirme a quitar la mirada, y responderías que sí, que claro. La conversación fluiría –porque entre tú y yo antes no existían los silencios- y después…
    Si pudiera, regresaría al momento exacto en que abrí el corazón en canal y quedé totalmente expuesta ante ti. Aquella primera vez que confié en ti, y sólo en ti, para hacerte partícipe de lo peor que había en mí. Sentí que, a partir de aquel momento, no estábamos solos. Había algo que nos unía, algo que iba más allá.
    Si pudiera, reviviría la primera pelea y perdería menos los papeles y guardaría más la dignidad. Dejaría de acariciar tus cicatrices y curaría mis heridas, tomando distancia. Dejaría que vinieras, iría yo, nos encontraríamos a mitad.
    Si pudiera, haría, desharía.
    Si pudiera.
    Si quisiera.