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martes, septiembre 23

VIII

Son las tres de la mañana. La mitad del mundo duerme, algunos pocos aman, y otros respiran, sin más. Estarás durmiendo, supongo. Hace dos semanas que no te tengo enfrente, cinco días que no hablamos y casi un año que empecé a perderte. No creo que te sorprenda que lleve la cuenta, siempre te molestó que fuese una maniática controladora. Y que fumase. Quizá debería dejarlo. Qué estúpido que piense en esto ahora que no estás, ni estarás, y no cuando estabas a mi lado. Siempre llego tarde: a las citas, a tu vida, a las decisiones. Y joder, ¿quién puede dormir cuando estas mierdas te pesan en la mente? Estoy un poco bebida, añádelo a la lista de razones por las que no debes volver. Pero olvídate de todas ellas, que los problemas ya no se disipan ni con la botella medio vacía. O medio llena. Míralo como quieras, pero acércate a verlo. Acércate. Vuelve.